Axel ya está encaramado al taca-taca que le compró su padre y es muy feliz (y mis brazos eternamente agradecidos) al poder hacer intentos de caminar y andar arriba y abajo a sus anchas. Aquí publico unas cuantas fotos de mi pequeño vikingo que, haciendo honor a su nombre, traga como una auténtica lima. Carn o peix, tant se val.
Con su yaya pasando un muy buen rato
Conduciendo el coche de su primo Rubén
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