Tendrá Axel mis genes de mala comedora? O quizá, con un poco de suerte, los de su padre, el auténtico ñampa-zampa?
Y así nos plantamos, cuchara en mano, con los cereales en papilla. Axel arrugaba el morro a la primera, escupía a la segunda y creo que me quería pegar a la tercera. Novata yo, los tendría que haber disuelto un poco más antes de darle la masa grumosa esa. Puaj!
Suerte que la era internet salva a cualquiera del apuro. Después del show (su padre tuvo que consolarlo y acunarlo por media hora) estuve leyendo varios artículos. Ahhhh... hay que disolverlo con leche! Claro! será porque el embalaje estaba en sueco y no me enteré de la mitad de las instrucciones?
Bueno, el caso es que aquí lo veis al día siguiente, con el mejunje bien preparado. Abalanzándose sobre la cuchara!
Comprobado: genes suecos.